Cuando se elige un animal que va tener, principalmente, una finalidad de apoyo terapéutico hay que pensar en el adecuado teniendo en cuenta la persona con la que va a convivir, es decir, el paciente que va a recibir la compañía de dicho animal.
Normalmente son los mismos especialistas que, cuando lo ven conveniente, recomiendan adquirir un animal por los múltiples beneficios de la relación entre el paciente y el animal y por lo tanto, los que le indicaran cual es el apropiado. Evidentemente, no será la raza que simplemente nos guste o nos llame más la atención.
Si se tratara de un perro destinado a la convivencia con personas mayores tendría que ser una raza más tranquila y que les guste estar en compañía de las personas, dejando de lado las razas activas, que necesitan correr y hacer ejercicio constantemente.
Un profesional podrá atender y asesorar al paciente para integrar el animal a una nueva convivencia, elegir el más apropiado y dependiendo de las características de la persona indicarle un animal adiestrado, para favorecer la integración entre ambos.
En este vídeo podéis observar cómo reaccionan un grupo de personas mayores cuando les visitan en la residencia dos perros que acuden dos/tres veces al mes.
Es realmente emocionante cuando la gente mayor ve entrar a los perros por la puerta; yo pienso que estos animales les otorgan toda la felicidad que les falta en ese momento.
ResponderEliminarPD: Aún no entiendo como cierta gente pueda abandonar a sus animales, es de pena.